No de lectores anónimos
2 de agosto de 2013
Bogotá 1.0
Clima: Intermedio, entre nunca suficiente calor y siempre bastante frío.
Los días se han ido como siempre han desaparecido, múltiples recuerdos y uno que otro hecho memorable del que no hay palabra que lo corrobore.
Asumo que no haber escrito en todo este tiempo se debe a una anemia de internet y de palabras, usual y proporcional a la distancia de que me separa del café internet más cercano.
En otros meses si hubo internet, también había amor… lo segundo absorbía todo de mí (hasta mis ganas de escribir, o de contarle a la pequeña proporción que lee lo que escribo en mi blog, de mi vida… de cómo va la cosa por este lado de Colombia).
Ya me encuentro acostumbrada al almuerzo impuntual (oscila entre 1pm y cualquier hora de la tarde), a la sección de películas con o sin mi papá cada sábado (entre ellas Argo, Blancanieves y El Cazador, mi novio es un zombie, Movie 43, saga de Resident Evil –por el momento, mi memoria no accede a los nombres de por lo menos cinco más-) Ana Karenina que fue el objeto de mi búsqueda al menos tres semanas, finalmente se materializó una tarde de sábado –sin mi papá- total, creo que no le hubiese gustado… a mí me pareció una excelente adaptación del libro (ese libro que Kundera y yo tenemos en común… ese libro que siempre nos diferenciará de los Dostoievskianos)
Por otra parte, viví un par de semanas llenas de álgebra y pedagogía, reviví mis clases de colegio… ahora con un tío medio loco, que desde que se enteró que soy lesbiana y después de haber conocido a Blue Angel, me ha tomado más afecto y es feliz preparándome mis comidas favoritas. Hemos salido dos veces y las dos ha intentado cambiar mi rumbo a-político, según él la izquierda es el camino y La Revolución la solución… según él lo llevo en la sangre, según él los guerrilleros no son tan malos –diferimos en ese punto, como lo veo yo: desde que un arma sea la solución al conflicto, vamos por mal camino- y yo soy muy Kunderiana en el asunto aunque difiero al final, cuando me preguntan –parafraseando mi tesis- : Pamela es usted de izquierda o de derecha, respondo: Ni lo uno ni lo otro, soy lectora de novelas y aprendiz de escritora. Mi tío no me acepta tal respuesta, según él, el hombre y la política van explicita e intrínsecamente ligados. Aristóteles tendrá razón y hasta Platón… pero mi razón me la ha dado la literatura no la filosofía.
Por otro lado, ya domino el Transmilenio, y gracias a una casualidad (mi amigo Jaime apareció a la misma hora, el mismo día y en el mismo barrio cuando yo me disponía a poner en práctica una tarea con mi hermanito) el lugar: El Chorro de Quevedo, ahí nos encontramos y casi ahí nos volvimos a encontrar tres días después, La Candelaria se convirtió gracias a él, que a veces parece más rolo que paisa, en el lugar que siempre había considerado: tertulia, cerveza, belleza, pasado, letras… bueno, sí… en eso que me gusta tanto y eso que hasta el momento no he tenido con quien compartir. Pasamos un fin de semana lleno de historia: la quinta de Bolívar, la plaza de Bolívar, la casa de Santander, el planetario, el museo del oro, el hotel Tequendama, la casa del florero, el museo- casa de José Asunción Silva, Rebeca… bueno varios sitios que fueron detallados y encantados con las palabras de mi amigo.
De libros puedo decir: Filosofía a mano armada (T. Fischer), Las Intermitencias de la muerte (J. Saramago), La Época de la Crisis (R. Sierra – D. Cruz) y Oliverio Twist (Ch. Dickens), Ahora voy leyendo Blanco y Rojo de Stenadhal.
Pero, de sexo, en pocas palabras: verano traidor, sin ganas sin nadie.
La vida volvió a joderme, Natalia y Paola ahora son novias, aparentemente felices… aparentemente las dos jugaron y se gustaron. Por mi parte, y aunque soy buena evadiendo la realidad (gracias a los infinitos laberintos de libros y de películas que existen) a la hora de estar dormida, quizá por ese mismo afán de evasión, casi es costumbre soñarme con ellas… verlas besarse, es decir, cada noche se me parte el corazón una vez más… y aunque no puedo negar la ventaja de estar tan lejos, tampoco puedo negar que me siento sola, que siento que mi vida afectiva siempre va a ser una mierda y que siento que al final de cuentas, siempre es el resultado el motivo por lo cual uno balancea y justifica la vida. Y ahora me siento 2-0, ganando la nada-destino.
Puedo decir que acá no tengo vida social… la única emoción fue causada por un española-mexicana que se está quedando en el apartamento de tía Nanys, cuando la belleza irrumpe algo brilla en el infinito.
También estuve en mi primera rumba gay capitalina y en mi primera marcha oficial, pero como yo andaba tan mal, a parte de un beso con una desconocida (de la que no recuerdo ni el nombre) y de quedarme dormida no hay mucho que contar.
Lo mejor del caso es que ando trabajando freelance de editora, gané mi primer sueldo y con el dinero me compré el portátil, gracias a lo ganado me pagué la ida Chia (a presentar el examen docente) y otro par de cosas, eso me tiene animada, al igual que el regalazo de mi excepción… “Si Malpensante no tienes, Malpensante llega a ti”. Hoy me dediqué a leer a Andrea Palet y a Juan Forn (de casualidad su artículo fue sobre Lucien Freud, seguidor de Francis Bacon, uno de los pintores favoritos de Kundera) leí sobre la crisis española, y otro par de artículos… ¿qué sería de mi sin las letras y sin la excepción?
Finalmente he encontrado la manera de publicar en el blog, simplemente escribo en casa y al día siguiente lo guardo en la memoria y voy a un café a publicarlo… ya que definitivamente inspirarme públicamente no es uno de mis fuertes, estar pendiente y en parte entretenida no ayuda mucho. Así será hasta que con el otro sueldo pagué internet.
Me dispongo a ir a publicar. Buen fin de semana.
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